sábado, 29 de septiembre de 2012

Pudding para despedir el verano



Hoy, día de San Miguel, hemos salido por la mañana a recoger las últimas moras, como manda la tradición. Aunque con las lluvias de los últimos días muchas ya se habían podrido en las propias zarzas, pudimos volver a casa con un buen puñado que seguramente encontrarán su sitio en un crumble de manzana, junto a unas cuantas bayas de saúco maduras que también tuvimos la fortuna de encontrar durante el paseo.

Pero el fin de la temporada "oficial" de recogida de moras parece que pide una receta con sabor a despedida, de esas que clausuran una temporada -el verano, en este caso- y que anticipan la llegada de otra -el otoño-. Este plato, que bautizamos como pudding para despedir el verano, es una variante del clásico británico Summer pudding, transformada en Autumn Pudding por Susan Campbell, que la incluyó en su libro English Cookery New and Old. La receta, por cierto, es una de las favoritas del escritor Julian Barnes, quien nos sugirió su inclusión en nuestro libro, y de la que habla aquí, en uno de sus artículos recogidos después en El perfeccionista en la cocina, recopilación que, por cierto, recomendamos fervorosamente.

En una olla colocamos los frutos que hayamos podido recolectar en estos últimos días -moras, bayas de saúco, etc- en los que el calor nos dice adiós y los cocemos a fuego muy lento. Lo apagamos y dejamos que temple. Le quitamos la corteza a unas rebanadas de pan de molde ligeramente seco y con ellas forramos un bol o moldes individuales. En ellos vertemos los frutos, cuidando de que no quede ni demasiado seco ni demasiado jugoso. Cerramos el pudding con otra rebanada de pan cortada en círculo, lo cubrimos con film o papel de aluminio y, con un peso, lo refrigeramos en la nevera varias horas. Sólo queda desmoldarlo y servirlo con algo del jugo que nos haya sobrado o con nata.

Según el escritor y periodista Santiago Jaureguizar, este pudding bien pudo ser el que le llevaba Caperucita Roja en su cesto cuando atravesaba el bosque para ver a su abuela: creo que como elogio es difícil de superar.

Adiós verano, hola otoño.

2 comentarios:

  1. Tremenda pinta que tiene esto! Que color!

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    1. ¡Gracias, Loly! Al dejar varias horas los frutos en el pan sus jugos los van impregnando y al final ese es el color intenso que queda. La relación dificultad/satisfacción de esta receta es inmejorable... ;-)

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